Trazado
realizado por:
M\M\ René A. Thomas
R.
EL
SILENCIO Y LA MASONERIA
El
presente trabajo, lo he titulado “EL SILENCIO Y LA MASONERÍA” y lo
traigo para su conocimiento y consideración, con el mejor de los propósitos, y
es el de compartir con todos siendo estas pocas líneas alusivas a tan excelso
término masónico el cual como veremos más adelante ha sido tema de estudio y
análisis profundo no solo por masones sino por filósofos, estudiosos del arte,
de las ciencias y de la teología.
Quisiera en este introito traer a colación un proverbio
hindú sobre el silencio el cual es está muy acorde al tema que estamos tratando
y dice así:
“aquel que
pretenda escuchar y comprender la voz del silencio, tiene que saber de la
perfecta atención de la mente en asuntos de índole interna”.
El Abad
Henri Stéphane[1], uno de los más
conocidos estudiosos de las Tradiciones,
expresa en su artículo “Silencio y
Existencia” que la palabra o el verbo solo tienen cabida en el que
podríamos denominar el espacio vacío que conforma el silencio. Y añade, que
antes del Verbo, todo era silencio. Con ello, parece que podríamos considerar
de una forma simbólica o incluso poética, que el silencio es una manera de
definir, o quizá intentar definir, lo que llamamos el Principio Creador. Así, en
diversas Tradiciones, se suele mencionar de forma más o menos explícita al
silencio y sus enseñanzas. En el Evangelio según San Juan se hace referencia de
forma implícita a ese “espacio vacío”,
llenado por el Verbo en su manifestación:
“En el
Principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.” (San
Juan, 1-1 ). De
donde se podría deducir entonces, aceptando la mencionada tesis de Henrí
Stéphane, que el silencio es la
antepuerta de la Revelación.
Analicemos:
Cuando callas también hablas
de ti mismo.
Cuando callas un secreto,
conozco tu fidelidad de amigo.
Cuando callas tu propio dolor,
conozco tu fortaleza.
Cuando callas ante el dolor
ajeno, conozco tu amor al prójimo.
Cuando callas ante la
injusticia, conozco tu valor y compromiso.
Cuando callas ante lo
imposible, conozco tu madurez y dominio
de sí.
Cuando callas ante la
estupidez ajena, conozco tu sabiduría.
Cuando callas ante los fuertes
y poderosos, conozco tu altura de miras.
Cuando callas ante lo que
ignoras, conozco tu prudencia.
Cuando callas tus propios
méritos, conozco tu humildad y grandeza.
(Anónimo)
Existen muchas formas distintas de percibir y
considerar el silencio. Se han recopilado algunas de las opiniones y citas de
personajes célebres, las que considero de utilidad en esta etapa de valoración
sobre “el silencio” y
posteriormente, se presentarán sus aspectos
negativos, los que también son interesantes.
Lao Tse[2] afirmaba, como queriendo enfatizar que el
silencio es la representación del Todo que: “El silencio es la Gran Revelación”.
El Budismo, anima a sus seguidores a realizar
largas sesiones de silencio y recogimiento en su búsqueda de la perfección
personal y del conocimiento.
De todos es conocida, también, la importancia
que la Escuela Pitagórica daba a la ley del silencio entre sus aprendices. De
hecho, para sus seguidores, el silencio era “la primera piedra del Templo de la sabiduría”
Y así, podríamos enumerar diversas
Tradiciones y escuelas iniciáticas, que consideran al silencio como una
revelación y escuela de enseñanzas esotéricas.
Sería posible decir entonces, que uno de los
motivos del intento de conocer el silencio en la historia de la Humanidad, es
precisamente la búsqueda de sus orígenes más remotos. ¿Es ese el motivo por el
que en muchas Sociedades Iniciáticas el
silencio constituye un pilar fundamental en el aprendizaje?
Es posible. Pero se me hace difícil responder
con certeza a esta pregunta. La vivencia de lo que es el silencio puede llegar
a ser muy distinta dependiendo del punto de vista de quién lo viva.
Lo que sí parece cierto es que el silencio
puede reportar un beneficio al ser humano. Pero, ¿es siempre así?
El silencio es sinónimo de cautela, de discreción,
de reserva y de prudencia. Y dependiendo
del uso que hagamos del mismo, el silencio podrá ser beneficioso o
contraproducente, para con nosotros mismos y nuestros semejantes.
Santiago Ramón y Cajal[3]
dijo: “De todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y
económica es el silencio”.
Voltaire[6]
por su lado nos ilustra con esta frase: “El secreto de aburrir a la
gente, consiste en decirle todo”
Ahora bien, otras personalidades observan
también los aspectos contraproducentes del silencio. Entre ellos mencionamos a:
Mahatma Gandhi[7]
que llegó a decir
que: “Lo más atroz de las cosas malas
de la gente es el silencio de la gente buena”.
Marco Tulio Cicerón[8]
respecto al silencio nos dice:
“La verdad se corrompe tanto con la
mentira como con el silencio”.
Por último, para acabar con esta selección de citas mencionaré a Martin
Luther King[9] que llegó a decir
que: “Nuestra generación no se habrá
lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor
silencio de los bondadosos” y a Píndaro[10] quien nos dice: “Muchas
veces lo que se calla causa más impresión que lo que se dice.”
y a nuestro gran sabio Pitágoras[11]
quien nos ilustra con el siguiente pensamiento: “El silencio es la primera piedra
del templo de la filosofía. Escucha, y serás sabio; el comienzo de la sabiduría
es el silencio.”
Observando entonces esta pequeña selección de
citas, podría considerar al silencio como una dicotomía. Según el uso que
hagamos del mismo, podremos aprovecharnos de sus bondades o, en caso contrario,
sufrir de sus inconvenientes.
Podemos considerar entonces, que el silencio
nos permite escoger lo que haremos con él. Su buen o mal uso se deja entonces
al libre albedrío.
El silencio no es un asunto para tratarlo a
la ligera, todo lo contrario. Tal como se comenta en cursos de comunicación no
verbales, la palabra solo ocupa un 20% del total, otro tanto, el ritmo y el
tono y por último, y un 60% los
silencios. O sea que nos expresamos más con los gestos, postura y miradas que con el uso de la palabra hablada.
Podemos estar en silencio y ofrecer amor,
comprensión y afecto recordando aquella famosa frase que dice: “no nos amamos lo suficiente, como para
estar en silencio” y podemos callar para no dañar o callar para dañar;
se puede ser grosero con el silencio, pero también se puede mostrar admiración
y respeto...
A pesar de la ambivalencia antes mencionada
sobre el silencio, estaríamos de acuerdo entonces en que el silencio y su
práctica es más una virtud que un
defecto; siempre que se sepa aplicar adecuadamente.
El silencio se convierte de este modo en una
herramienta operativa, yendo más allá de su uso por motivos puramente
tradicionales. Comprender la necesidad de usar el silencio durante los trabajos
en Logia y en nuestro día a día es, quizás, una de las tareas más arduas de la
masonería.
No es sencillo estar callados, al menos en mi
caso y lo reconozco, pero hago el esfuerzo. Pero por ese motivo, la vivencia
del silencio puede dar al Masón la base necesaria para poder avanzar en su
formación. Anthony de Mello, S.J.[12]
dice que el silencio puede dar luces, inspiraciones y perspectivas.
Probablemente, el silencio iniciático sea
precisamente ese que permite, con su buen uso, ser más justos y virtuosos. Es
decir, sea aquel que abra y anteceda la puerta del Conocimiento. De esta forma,
el silencio puede convertirse más en un derecho a su vez, que en una
obligación.
Para entender
correctamente lo que significa el silencio para el masón, debemos acudir a su
definición profana, indicando que es la privación voluntaria de la facultad de
hablar. Y en verdad, casi todos sabemos hablar pero poco sabemos callar. Por
ello, saber callar la lengua y los sentidos es una virtud de Dios.
La leyenda enseña
que el príncipe BAHZAM, un día
cualquiera salió a cazar cerca de su palacio; en dicha actividad fue
sorprendido por la noche, cuando precisamente buscaba una buena presa. Cansado
ya, el príncipe se sentó debajo de un frondoso árbol con el propósito de tomar
respiro; en ese momento sintió salir de las ramas la voz de un ave; acto
seguido Bahzam se coloco de pie y le disparo con su cerbatana al pajarillo,
matándolo enseguida. Teniendo el joven a sus pies al ave fallecida, meditó,
suspiró y dijo: “¡Oh!, cuan hermoso es saber callar y cuidar la lengua! Si
esta ave no hubiera hablado, no habría perecido.” (Tomado de un escrito
de la Respetable Logia Simbólica Centauro 996)
Ahora bien, dentro
de la masonería, podemos decir que el silencio es una virtud a través de la
cual se corrigen muchos defectos aprendiendo a ser prudente e indulgente con las faltas que
se observen en los demás.
Debemos entonces
analizar de dónde proviene el silencio como axioma fundamental para el crecimiento
del masón y cuál es su verdadero significado e importancia?
Etimológicamente
silencio proviene del sánscrito “mu” y sus derivaciones
“Muka”
(mudo) y “musterion”; (misterio) dicha raíz se complemento en Grecia
a través de verbo “musin” (que significa
cerrar) y su ramificación "museria” (silencio) y
en Roma con la raíz (mutus) de donde surge el termino mutare o
cambiar, por referirse al silencio que las aves observan durante la renovación
de su plumaje. (Tomado de un escrito de la Respetable Logia Simbólica Centauro
996).
De lo visto
podemos colegir, que el concepto de silencio guarda una estrecha relación con
el de misterio y por ende con el secreto masónico; enseña la historia de
la masonería, en relación al silencio del primer grado, que bastaría entender
su simbología al remitirnos al génesis de las sociedades humanas; en efecto,
enseña Jean-Marie Ragon[13],
que los primeros hombres, no tenían lenguaje propiamente dicho. He aquí el por
qué el aprendiz no debe hablar en logia. En efecto ¿qué tendría que decir? ¿ Podría
enseñar? Sencillamente no debe hablar porque no sabe nada. ¿Podría preguntar? ¿Sobre
qué, si ignora lo que se trata en el taller? Antes es menester que por su edad,
en donde apenas está abriendo los ojos, escuche y observe.
Lo anterior parece
ratificarse históricamente en la escuela pitagórica; recordemos que en su
comunidad filosófico educativa, ubicada en Crotona (Italia meridional,
denominada entonces Magna Grecia) a los discípulos se les sometía a un largo
período de noviciado, en donde se les admitía como oyentes, observando un
silencio absoluto.
La razón de ser de
la actitud contemplativa que debe inspirar
al masón en general, no es otra que la de potencializar sus
posibilidades espirituales que se encuentran siempre latentes; en otras
palabras, en el silencio se encuentra la posibilidad del crecimiento; cuando
nos aislamos de nuestras influencias exteriores, abrimos los canales de
concentración, observamos, escuchamos y contemplamos, estamos aprendiendo a ver
la luz, y esto, de por sí, es un proceso que entraña una gran fuerza de
voluntad.
Según el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Lorenzo Frau Abrines[14],
el silencio "es una obligación que debemos observar dentro y fuera de
Logia", pero no solo
porque así lo disponen nuestros antiguos usos y costumbres.
Los escritores masónicos que
han abordado el tema, recomiendan el Silencio como necesario dentro del orden y
la seriedad del trabajo esotérico, lo que distingue marcadamente las reuniones
masónicas de las profanas, ya que no es un conversatorio sino un análisis profundo de las ideas
expresadas allí.
Enfocando el
silencio constructor a nuestro principal legado que es la iniciación
como tal, debemos recordar que la
primera palabra pronunciada por el Venerable Maestro al abrir los trabajos en
Logia no es otra que: “silencio” seguida de la expresión “y en
logia!”.
Pero, ¿qué nos
enseña dicha palabra y en tal especial momento? Lo anterior desde el punto de
vista esotérico y evolutivo del ser, nos lleva a entronizarnos en un mundo que
nos muestra más allá de lo que perciben nuestros sentidos; nos ayuda a abrir
nuestro corazón y nuestro entendimiento, para recibir los mejores frutos de la
espiritualidad y del conocimiento; nos ayuda a sintonizarnos en la misma
frecuencia del G:.A:.D:.U:.; en fin, el silencio promulgado al inicio de toda
tenida permite nuestra unión mística y la posibilidad de enlazar las mejores
energías, que deben ser utilizadas en nuestros altruistas trabajos.
Ahora bien,
retomando es bueno indicar que el silencio en torno a la iniciación resulta
clave; desde que somos vendados y llevados al cuarto de reflexiones, se nos
enseña, que sólo a través de la contemplación, se puede acceder a
las primeras verdades las cuales debemos desentrañar poco a poco a través del
crecimiento interior. De igual forma, cuando prestamos juramento, adquirimos la
obligación de callar, especialmente cuando se nos indica que no debemos revelar
los secretos de la orden ni la palabra enseñada al mundo profano; y allí, el
silencio simboliza la discreción y la disciplina del masón, así como su lealtad
frente a sí mismo y sus hermanos.
Para ser más
elocuentes escuchemos un viejo adagio hermético que resulta claro sobre el
punto: “ los labios de la sabiduría están mudos fuera de los oídos de la
comprensión”; por ello, el buen masón prefiere que le corten la
garganta antes que romper su silencio.
Y por si fuera
poco, en la consagración, luego de que el recipiendario ha comenzado a ver, así
sea tenuemente la verdadera luz, se le hace ratificar su juramento y sus
obligaciones y allí comienza la verdadera vida al comprender nuestro legado y
el llamado especial, a ser conciencia entre inconscientes y a ser equilibrio en
donde sólo hay tempestad.
Por ello QQ\HH\ el alcance de
nuestra voz, producto de nuestros pensamientos, resulta clave en la
construcción del templo, a través del pulimento de la Piedra Bruta; es mejor
callar, cuando no sabemos cómo y cuándo hablar; es mejor callar, hasta que
aprendamos la importancia de utilizar la palabra de una forma consciente y
sabia; es mejor no decir nada, cuando podemos utilizar la pasión como detonante
de nuestros fonemas. Es mejor callar cuando no estemos preparados para aceptar
nuestra misión; es mejor callar, cuando se empieza a caminar por senderos
desconocidos, pero con la seguridad de que hay una presencia divina que nos
acompaña.
Para aprender a
callar, hay que ser consciente de nuestras flaquezas, ¿por qué, resulta tan
difícil a veces, encontrar nuestro silencio interior? De esa dificultad
devienen, sí observáis con cuidado la mayoría de los vicios del ser humano;
pues la palabra, resulta ser la consecuencia directa de nuestros pensamientos y
la salud mental. La mejor palabra es la corta y breve, la sabia, la que
transmite la verdad; la que se dirige al bien. Aprender a hablar poco, lo justo
y suficiente, significa en el masón en general, la fuerza de voluntad, el
carácter templado, el dominio de sí mismo, la elevación de su espíritu.
Como corolario QQ\HH\ es pertinente
recordar al Sabio Lokman, o Locman El
Sabio[15],
que enseño a su sucesor: “¡hijo mío! Si la gente se enorgullece por
su elocuencia y por su arte de buen decir, tu deberás agradecer a Dios el
haberte dado juicio para saberte callar”. (Escrito en el Corán).
Por lo
tanto la disciplina del silencio, es una de las enseñanzas fundamentales de la
Masonería. Quien hable mucho piensa
poco, ligera y superficialmente; y la
masonería quiere que sus adeptos se hagan más bien “Pensadores”, que, habladores. La máxima extraída primero piensa y luego pon en
movimiento la lengua.
El silencio
limpia el alma y educe el sentido de la verdad. Nada puede lograr tanta
tranquilidad espiritual como el permanecer callado y rodeado de Silencio.
Si se os
pregunta: ¿Qué es el silencio? Responded, “la primera piedra del templo de la
sabiduría”. Esta sentencia
Pitagórica explica porqué el maestro de Samos obligaba al Iniciado a permanecer
largos meses sin hablar, hasta que hubiera adquirido el sentido de la verdad y
nos explica también porqué a los discípulos del 1er Gr.·. los llamaba “Akusticoi”
es decir “oyentes”.
En una inscripción de un Templo Indostánico, que se halla encabezada por tres (03) figuras
de Monos, uno de los cuales se tapa los oídos, otro los ojos y otro la boca, se
lee en ella: “No oigas, no veas, no digas el mal”. La práctica de ese
consejo, juntamente con la práctica del “Silencio”, es la mejor manera de
evitar la “intoxicación de la mente“.
Los Monjes
Hesicastas del Desierto[16]
alaban constantemente el silencio. El callar les impide Juzgar; y les confronta
con ellos mismos. Les impide proyectar sobre los demás su lado oscuro.
Finalmente el callar nos ayuda, para que se calmen las emociones, serenarnos,
asentar los torbellinos de polvo mental que, como el vino enturbiado se aclara
con el reposo.
El Silencio, es en primer lugar, el arte de estar, uno
totalmente presente y atento en Logia
y el estar presente, es la condición necesaria para el encuentro de
uno con Dios.
El
Silencio Masónico es una característica fundamental y esencial para las
actividades que desarrollamos en nuestra augusta institución, característica
ésta que está íntimamente ligada a otra, que es el Secreto Masónico. Ambas,
definen y delimitan las funciones, tradiciones y trayectoria de la Masonería
como organización antigua y trascendental, de altos valores y principios
filosóficos y que usan el Secreto y el Silencio tanto en su esfera colectiva
como en la esfera individual de cada uno de los QQ: HH: que la componen.
De
acuerdo a las tradiciones de enseñanza de la escuela pitagórica, y usando sus
conceptos relativos a lo exotérico y lo esotérico, podemos enmarcar el Secreto
Masónico en el aspecto Exotérico de las enseñanzas, es decir, aspectos de
forma, externos pero de gran relevancia en el desarrollo de las actividades en
la Logia, tendientes a generar un clima místico, de formalidad y de estricto
cumplimiento de los rituales preestablecidos para el desenvolvimiento de las
actividades de enseñanza y aprendizaje en el taller para el grado de Aprendiz.
Por
otro lado, y para culminar este desarrollo del tema, el Silencio, se refiere al
aspecto esotérico, es decir, interno, espiritual, mental, tan necesario e
importante para poder asumir la posición y la actitud más idónea y superior
requerida para el trabajo masónico.
El
Silencio en la institución masónica puede estudiarse o describirse desde dos
puntos de vista, el primero referido al individuo, y el segundo referido al
desarrollo de los trabajos en los Ritos del Primer y Segundo Grado Masónicos.
Ahora bien, si el Aprendiz aún no
conoce la Gramática, ¿Cómo irá a aprenderla hablando, sin saber hablar aún? El
silencio predispone el espíritu del Aprendiz a su pulimento en medio de la
reflexión, escuchando a sus Maestros, mirando todo lo que ocurre a su
alrededor, y si pide a su Vigilante la palabra, debe ser para instruirse, para
preguntar y sus Planchas deben ser para ser sometidas al examen de los
Maestros. Igual los Compañeros.
Es la responsabilidad de los Vigilantes determinar
cuándo se dirigen al V\M\ para pedir autorización de darle Trabajo a uno de
sus Aprendices o Compañeros. El Aprendiz debe ir siendo consciente de que la
Palabra es sagrada, y debe pedirla sólo cuando sea indispensable. El acceso a
la Palabra sólo se logra en Masonería cuando se ha aprendido a observar el
Silencio, pues quien lo domina apreciará el valor de cada palabra, sobre todo
las palabras pronunciadas en Logia. ¿Cómo logrará el Aprendiz dominar sus
pasiones e impulsos si no domina su lengua, si no practica el escuchar, el
silencio, y la reflexión?
Los Profanos profieren gritos y hacen ruidos y por
eso, en uno de los viajes de la Iniciación el bullicio asusta al Iniciando y
entonces entenderá que debe alejarse de la gritería, de la insulsa discusión y
que debe retirarse al silencio en donde su espíritu de Iniciado comenzará a
hablarle e irá enseñándole a manejar sus herramientas, al rudo trabajo del
Labrado de su Piedra Bruta.
“camina alegre
entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz que
se puede
encontrar en el silencio”.
Múltiples
significados tiene el Silencio, todos conllevan la idea de creación, de
perfección, de sabiduría, tanto en el aspecto terrenal como en lo filosófico.
Las grandes tragedias no pueden expresarse con palabras, los grandes
fenómenos de la Naturaleza, el esplendor del alba y del ocaso, la imponente
grandeza de las montañas y cumbres, la fuerza de los ríos y cataratas, la
delicada fragancia de las flores, el grato aroma que despide la tierra sedienta
luego de la lluvia, la vida de devoción y sacrificio, la amargura de la muerte
y el nacimiento de una nueva vida nos transportan a una región en que las
palabras no son necesarias ni posibles, y nos internan en un mundo en que el
silencio reina supremo y en que todos los demás medios de expresión son fútiles
y mezquinos para poder explicar, describir o manifestar la emoción o
pensamientos que podamos sentir ante esos fenómenos naturales.
La Sabia Naturaleza genera sus más bellos y admirados fenómenos, bajo el
manto sabio y protector del silencio, todo en ella, tanto en la flora, la fauna
y la atmósfera despliega su actividad creadora
y generadora de vida en procesos plenos de silencio.
Tanto
el Ap\ Mas\ como
el Comp\,
tienen como deber y obligación principal, la de mantener silencio, su síntesis
filosófica tiene una premisa fundamental; Saber Pensar, Saber Dudar, Saber
Callar. Es necesario establecer diferencias entre el Silencio impuesto,
estéril, superficial, aislante, el mutismo pasivo o lleno de rencores y
resentimientos que nos aleja de los demás y nos aísla; y el Silencio creador,
aquél que predispone al Aprendiz y al
Compañero al desbastamiento de su piedra
bruta, mediante el ejercicio de la introspección, la reflexión y el autoanálisis.
Es el
Silencio Creador, el Silencio Masónico, el que genera la actitud idónea para el
aprendizaje y el estudio de la verdad, este silencio es la base de la
sabiduría, y punto de partida para el autoconocimiento por parte del individuo,
esa reflexión interior, estado de absoluto control de los pensamientos para
mantenerlos enfocados y concentrados en
la observación para luego aprehender conocimientos o simplemente formar
conciencia de lo observado, es la ejecución y puesta en práctica del deber más
importante para un Aprendiz Masón, ya que callar u observar, implica per se,
mantener silencio. Y es esta la herramienta que más uso le dará en la vida
masónica, plena de constante aprendizaje y reflexión.
El
estado mental que nos puede generar mantener un silencio creador, nos
permitiría estar abiertos para recibir la luz, que nos iluminará la conciencia
y el espíritu para poder asimilar las enseñanzas y poder sobre todo, observar y
hacer las reflexiones internas necesarias para poder comenzar a labrar nuestra
piedra bruta interior, ajenos a los ruidos y pensamientos perturbadores del
mundo profano. Este razonamiento nos lleva consecuencialmente hablar sobre el
Silencio en Logia.
Las
tenidas nacen en el silencio y terminan cuando reina el silencio. Las normas de
no cruzar de una columna a otra, cubrir el templo o tomar la palabra por
conducto del respectivo vigilante es el mantener de los silencios. Los
silencios marcan los tiempos, en el ritual se acostumbra decir “se
concede la palabra para el bien del Orden, de la humanidad y muy
particularmente de este taller”; o sea que se rompieron con todos los
silencios, visto de una forma, pero también implica que es un control del
silencio, estado permanente del desarrollo espiritual de los que aquí
trabajamos.
El Silencio en Logia es una constante en el
desarrollo de la actividad dentro del taller en el grado de Aprendiz, porque
solo se tendrá el derecho de palabra cuando se haya aprendido a observar en
silencio, y de esta manera podrá tener
conciencia del significado e importancia del uso de la palabra en el Taller, la
cual servirá para exponer en su debido momento
los progresos logrados en la Masonería luego de escuchar, reflexionar y
saber callar, que no son otros, que el llegar a conocerse a si mismo lo
suficiente como para poder dar lo mejor de sí no solo en la Logia, sino en el
mundo profano.
Ahora bien, como
buen compañero mis hermanos, vuelvo al silencio para encontrar la paz, porque hay
que ser amo de nuestros silencios y no esclavo de nuestras palabras.
\Swami
[1] (Abbé Henri Stéphane 1907-1985, Introducción al esoterismo cristiano,
Capítulo XI, Epistemología) A título de curiosidad, traigo a colación una
anécdota sobre su vida vinculado a René Guénon y este tratado es uno de los más
largos escritos por el abad Stéphane, mientras que su costumbre era ser breve.
No está fechada, pero la obra de Paul Sérant, René Guénon, habiendo sido editado en 1953, es decir
dos años solamente después de la muerte de Guénon, la "respuesta" deI
abad Stéphane data muy probablemente del mismo año. Lo que es interesante en
este largo escrito, son menos las críticas incisivas dirigidas a la obra de
Paul Sérant que las consideraciones desarrolladas por el abad sobre el carácter
particular del Cristianismo. Es el único tratado del abad en que confronta en
su conjunto la doctrina guenoniana - o más exactamente la metafísica universal
tal, como le expone René Guénon - a la teología y a la espiritualidad del
Cristianismo. El carácter particular de este conjunto doctrinal y de los medios
de realización que le acompañan le permite al abad Stéphane precisar lo que hay
que entender por " esoterismo cristiano”.
[2]
Lao-Tse, también llamado Lao Tzu, Lao
Zi, Laozi o Laocio (chino simplificado y tradicional: 老子, pinyin: lǎozǐ,
literalmente ‘viejo maestro’), es una personalidad china cuya existencia histórica se debate. Se le
considera uno de los filósofos más relevantes
de la civilización china. La tradición china establece que vivió en el siglo VI a. C.,
pero muchos eruditos modernos argumentan que puede haber vivido aproximadamente
en el siglo IV a. C., durante el período de las Cien escuelas del pensamiento y de los Reinos Combatientes. Se le atribuye haber escrito el Dào Dé Jing (o Tao
Te Ching), obra esencial del taoísmo. De acuerdo con este
libro, el tao (o dao,
‘camino’) puede verse como el cambio permanente y este es la verdad universal.
Dentro de las dudas sobre la existencia de Lao-Tse y sobre la época en la que
vivió, se cree que pudo ser contemporáneo de Confucio.
[3]
Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, 1 de mayo de 1852-Madrid, 17 de octubre de 1934) fue un médico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi «en
reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso». Mediante
sus investigaciones sobre los mecanismos que gobiernan la morfología y los
procesos conectivos de las células nerviosas, desarrolló una nueva y revolucionaria teoría que
empezó a ser llamada la «doctrina de la neurona», basada en que el tejido cerebral está compuesto por
células individuales Humanista, además de científico, está considerado como
cabeza de la llamada Generación de Sabios.
[4] Johann
Wolfgang von Goethe, (Fráncfort del Meno, 28 de agosto de 1749-Weimar,
22 de marzo de 1832) fue un poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, contribuyente
fundamental del Romanticismo, movimiento al que influyó
profundamente. En palabras de George Eliot (1819-1880)
fue «el más grande hombre de letras alemán... y el último verdadero hombre
universal que caminó sobre la tierra». Su obra, que abarca géneros como la
novela, la poesía lírica, el drama e incluso controvertidos tratados
científicos, dejó una profunda huella en importantes escritores, compositores,
pensadores y artistas posteriores, siendo incalculable en la filosofía alemana
posterior y constante fuente de inspiración para todo tipo de obras. Su
novela Wilhelm Meister fue citada por Arthur Schopenhauer como una de las cuatro
mejores novelas jamás escritas, junto con Tristram
Shandy, La Nouvelle Heloïse y Don Quijote.1
Su apellido da nombre al Goethe-Institut,
organismo encargado de difundir la cultura alemana en todo el mundo.
[5]
Francis Bacon, primer barón Verulam, vizconde de Saint Albans y canciller de
Inglaterra (Strand
(Londres), 22 de enero de 1561-Highgate, Middlesex, 9 de abril de 1626) fue un célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés,
padre del empirismo filosófico y científico. Desarrolló en su De
dignitate et augmentis scientiarumn (De la dignificación y progreso de
la ciencia) una teoría empírica del conocimiento y precisó las reglas
del método científico experimental en su Novum
Organum, lo que hizo de él uno de los pioneros del pensamiento científico
moderno. Asimismo, introdujo el género del ensayo en
Inglaterra.
[6] François-Marie
Arouet (París, 21 de noviembre de 1694-ibidem, 30 de mayo de 1778), más conocido como Voltaire, fue
un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como
uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que
enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la
humanidad. En 1746 Voltaire
fue elegido miembro de la Academia Francesa en la
que ocupó el asiento número 33.
[7] Mahatma
Gandhi (Porbandar, India británica, 2 de octubre de 1869-Nueva Delhi, Unión de la India, 30 de enero de 1948) fue el dirigente más destacado del Movimiento de
independencia indio contra
el Raj británico, para lo que practicó la desobediencia civil no violenta, además de pacifista, político, pensador y abogado hinduista indio. Recibió de Rabindranath Tagore el nombre honorífico de Mahatma (composición en sánscrito e hindi de mahā: ‘grande’ y ātmā: ‘alma’).
En la India también se le
llamaba Bāpu (બાપુ),
‘padre’ en idioma guyaratí.
[8]
Marco Tulio Cicerón (en latín,
Marcus Tullius Ciceron Arpino, 3 de enero de 106 a. C.-Formia, 7 de
diciembre de 43 a. C.)
fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano.
Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa
en latín de
la República romana. Reconocido universalmente
como uno de los más importantes autores de la historia
romana, es responsable de la introducción de las más célebres escuelas filosóficas helenas en la intelectualidad republicana, así como de la creación de un
vocabulario filosófico en latín. Gran orador y reputado abogado, Cicerón centró
—mayoritariamente— su atención en su carrera política. Hoy en día es recordado
por sus escritos de carácter humanista, filosófico y político. Sus cartas, la
mayoría enviadas a Ático, alcanzaron un enorme reconocimiento en
la literatura europea por la introducción de
un depurado estilo epistolar. Cornelio
Nepote destacó la riqueza ornamental de estas cartas, escritas
«acerca de las inclinaciones de los líderes, los vicios de los comandantes y
las revoluciones estatales», que transportaban al lector a esa época.
[9] Martin
Luther King, Jr. (Atlanta, 15 de enero de 1929-Memphis, 4 de abril de 1968) fue un pastor estadounidense de
la Iglesia bautista que desarrolló una labor
crucial en Estados Unidos al frente del movimiento
por los derechos civiles para los afro estadounidenses y que, además,
participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de
Vietnam y la pobreza en general. Por esa actividad encaminada a
terminar con la segregación estadounidense y la
discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con
el Premio Nobel de la Paz en 1964. Cuatro años después,
en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la
oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis,
cuando se preparaba para asistir a una cena informal de amigos.
[10] Píndaro (en griego Πίνδαρος) es uno de
los más célebres poetas líricos de la Grecia clásica. Se cree que
nació en Cinoscéfalas, Beocia, hacia el 518 a. C. Según la
tradición, pertenecía a una familia aristocrática. Se tiene pocas noticias
fiables sobre su biografía, a pesar de las seis Vidas que han
legado autores antiguos. De hecho, en la Vª Pítica él mismo parece afirmar que procede del linaje
de los egeidas, por lo que a menudo manifestará en sus obras una
especial simpatía por las instituciones dorias.
[11] Pitágoras (Samos, c. 569-Metaponto, c. 475 a. C.)
fue un filósofo y matemático griego considerado
el primer matemático puro. Contribuyó de manera significativa en el
avance de la matemática helénica, la geometría, la aritmética, derivadas
particularmente de las relaciones numéricas, y aplicadas por ejemplo a la teoría
de pesos y medidas, a la teoría de la música o a la astronomía.
Respecto a la música, sus conceptos de I, IV y V, fueron los pilares
fundamentales en la armonización griega, y son los utilizados hoy en
día. Es el fundador de la Escuela pitagórica, una
sociedad que, si bien era de naturaleza predominantemente religiosa, se
interesaba también en medicina, cosmología, filosofía, ética y política, entre
otras disciplinas. El pitagorismo formuló principios que influyeron tanto
en Platón como
en Aristóteles y,
de manera más general, en el posterior desarrollo de la matemática y en la filosofía racional en
Occidente.
[12]
Anthony de Mello S.J. (Bombay, 1931— Nueva York, 1987) fue un sacerdote jesuita y psicoterapeuta
conocido por sus libros y conferencias sobre espiritualidad, donde utilizaba
elementos teológicos de otras religiones, además de la tradición
judeocristiana. Algunas de sus ideas fueron revisadas y notificadas como no
ortodoxas por la Congregación para la Doctrina de la Fe el 24 de junio de 1998.
Participó en el Movimiento de Renovación Carismática, con gran
intensidad. Ambas experiencias fueron la base de lo que vendría después. Murió
en la Universidad de Fordham, de un ataque
cardiaco, la misma noche de su primer día en Nueva York,
el 1 de junio de 1987 y tres meses
antes de cumplir los cincuenta y seis años. Sus restos descansan en el
Cementerio de la Iglesia de San Pedro, en la ciudad de Bandra (India), donde había sido bautizado.
Posteriormente a su muerte, en 1998, la Congregación para la Doctrina de la
Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y
calificó algunos de ellos como «incompatibles» con la fe católica.
Algunas ediciones de sus libros llevan una hoja de precaución que indica: 'Los
libros escritos por el padre Anthony de Mello fueron escritos en un contexto
multirreligioso para ayudar a los seguidores de otras religiones, agnósticos y
ateos en su búsqueda espiritual, y el autor no pretendió que fueran un manual
de instrucciones sobre la fe católica en la doctrina y dogmas cristianos.
[13] Jean-Marie
Ragon de Bettignies (1781, Bray-sur-Seine -
1862), hijo de un notario público, se inició en la Francmasonería en
1804, siguiendo funciones como administrador en la administración imperial. Fue
miembro de Gran Oriente de Francia, rito de Misraim, los
Caballeros Templarios Raymond
Bernard Fabre-Palaprat. Fundó y presidió la famosa casa parisina
"True Friends", luego se convirtió en "Trinosophes" y
del Capítulo y del Areopagus inherentes a la misma. Considerado
por sus contemporáneos como el masón más
educado del s. XIX;
fue autor de numerosos libros masónicos de considerable influencia: La Misa
y sus Misterios, El Curso de iniciación filosófica y de interpretación antigua,
Ortodoxia moderna Freemasonry, La Oculta Freemasonry, Y una colección de
rituales masónica (y de las partes vinculadas, como los Montes). Muchas
de sus obras fueron reeditadas por Ed. du Prieure, y luego en varios facsímiles
por ediciones Lacour-Ollié. Fue
el primer editor de la revista francesa masónica , Hermes.
[14]
El Diccionario Enciclopédico de la Masonería es, en
lengua española, la obra capital que estudia la Masonería,
su historia como institución, las biografías de aquellos personajes ilustres
que han pertenecido a la orden masónica y sus ritos. El diccionario fue escrito
y ordenado por Lorenzo Frau Abrines,
maestro masón y grado 33 del Rito escocés antiguo y aceptado,
- aunque parece que en la elaboración de la obra intervinieron varios autores -
fue publicado bajo la dirección de Rosendo Arús
y Arderiu, Gran Maestro de la Gran Logia Regional Catalana Balear. La
edición que llevó a cabo Publicaciones Mundial, en Barcelona, fue corregida,
aumentada y puesta al día por Luis Almeida. Consta de dos volúmenes que suman
1599 páginas incluyendo el Taller general de la Francmasonería, donde se
detalla la forma y simbología de las logias masónicas, sus liturgias y rituales
en sus diversos grados. También refiere la participación de la mujer en la
masonería a través del llamado Rito de Adopción tanto en sus grados
simbólicos como filosóficos. Finaliza dicho taller con el desarrollo de los
principales ceremoniales, tales como la inauguración y consagración del templo
masónico, los requisitos para la constitución de una logia y la ceremonia de
instalación de la misma. Como señala el prefacio de dicha edición, este
diccionario analiza todos los ritos masónicos conocidos, enumera sus grados y
el significado de sus símbolos, mitos y ceremonias. Asimismo explica la Biblia en
su relación con los mitos y tradiciones de la masonería.
[15] Locman, el
Sabio (سورة لقمان en árabe clásico original), también
llamado Luqman, Lokman o Locmano, fue
un célebre y legendario fabulista musulmán, equivalente en la cultura árabe
a Esopo. Se ignora la
época en que vivió. Se le nombra en el Corán,
XXXI, suras 12
y 13: Dimos a Luqmán la sabiduría: "¡Sé agradecido con Alá! Quien es
agradecido lo es, en realidad, en provecho propio. Quien es desagradecido...
Alá Se basta a Sí mismo, es digno de alabanza". Y cuando Luqmán amonestó a
su hijo, diciéndole: "¡Hijito! ¡No asocies a Alá otros dioses, que la
asociación es una impiedad enorme!" Unos lo creen nieto de Job o biznieto
de Abraham y
otros lo hacen contemporáneo y consejero de David. Los comentaristas
del Corán lo identifican con el Balaam del Pentateuco.
Se le atribuye un grupo de fábulas preislámicas
publicadas en Europa por primera vez en Holanda en traducción latina en 1615.
Pero esta colección muestra provenir en parte de la tradición esópica occidental
y en parte de la literatura hindú. Incluso se cree que su compilador y
refundidor pudo ser del siglo XIII, un cristiano copto egipcio
llamado Barsuma, que fue confundido con el
personaje anterior. Algunas tradiciones coincidentes indican que era un esclavo
de origen etíope y otras lo muestran como zapatero, sastre, carpintero y
pastor; otras identifican al legendario Locman con el igualmente
legendario Esopo,
de forma que serían en realidad la misma persona.
[16]
Hesicasmo, hesiquiasmo o, más raramente, esicasmo (del griego;
en escritura politónica: ἡσυχασμός/hēsykhasmós, derivado de ἡσυχία/hēsykhía,
"quietud, silencio, paz interior") doctrina y práctica ascética difundida
entre los monjes cristianos orientales,
a partir del siglo IV con los llamados Padres del Desierto. El objetivo del hesicasmo
es la búsqueda de la paz interior en unión mística con Dios y en armonía con
la creación. Las tres características fundamentales del hesiquiasmo son:
la soledad, como medio de huir del mundo; el silencio,
para obtener la revelación del futuro y del mundo ultraterreno; y la quietud,
para conseguir el control de los pensamientos, la ausencia de preocupaciones y
la sobriedad. Divulgada por Evagrio Póntico en el siglo
IV d. C., es una tradición inicialmente eremítica de
plegaria que se mantiene dentro del rito
bizantino practicada para ἡσυχάζω/ hesykazo ("mantener
la quietud") por los monjes hesicastas' ( en griego, los:
Ἡσυχαστής/ hesykastes). La práctica del hesicasmo se mantiene aún
en el Monte Athos y otros monasterios ortodoxos.
En el Monte Athos recibió un impulso decisivo a partir de Gregorio Palamás ya en el siglo XII y
luego con Filoteo Kokkinosy Nicolás Cabasilas, y así en siglos posteriores
mediante los escritos de místicos y teólogos recopilados
en el corpus de textos llamado Filocalia.
El hesiquiasmo tuvo gran difusión en los monasterios de Constantinopla (siglo
XI) y los del monte Athos (siglo XIV), los religiosos
eslavos (siglo XVIII, Rusia). Su espiritualidad tuvo gran influencia en la teología
ortodoxa, impregándola hasta nuestros días con la mística del corazón.
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