viernes, 22 de marzo de 2019

EL 40 BIBLICO Y LA MASONERIA (DESDE ANTES A DESPUÉS)


EL 40 BIBLICO Y LA MASONERIA
(DESDE ANTES A DESPUÉS)





René A. Thomas R.
Maestro Masón
Resp\Logia “Sol de Curpa” N°112
Or\ Acarigua – Edo. Portuguesa


Si al concepto de civilización vamos, tenemos en realidad solo dos: la occidental y la oriental. La occidental se caracteriza básicamente por su extremado pragmatismo, lo que la lleva a considerar como cierto o verdad, todo aquello que es real y tangible, marginando lo imaginativo. Esta reducción y en muchas veces casi anulación o pérdida del sentido imaginativo es más fuerte y se da en los pueblos anglo sajones y germánicos y al norte de ellos. Contrariamente, los latinos son más imaginativos, y  medida que nos desplazamos hacia el oriente vamos entrando, en lo que denominamos la civilización oriental, en la cual, lo imaginativo se excede sobre lo real.
El concepto tiempo y del espacio y su aprovechamiento también varía, con respecto a los criterios que rigen en el mundo occidental. Todas estas diferencias entre las dos civilizaciones orientales y occidentales, se agudizan mucho más, si nos remontamos a los antiguos orientales de los tiempos bíblicos, antes y después del Cristo.
Una importante consecuencia de la diferencia de estas dos mentalidades, hace referencia al simbolismo que encierra muchos de los mensajes de los textos sagrados.
En nuestro mundo,  el occidental, la simbología carece prácticamente de valor, pero en el mundo oriental, todo tiene un extraordinario sentido simbológico de manera más concreta,  y más cuando se lee la Biblia, donde nos perdemos muchas veces, el doble sentido que tienen determinadas frases en los versículos o en el contexto general de un evento y sobre todo con lo relacionado a los números, que de manera muy abundante aparecen en sus páginas.
Los números que se expresan en la Biblia, en muchos casos, no siempre afirman o nos envían un mensaje matemático, sino simbólico. De hecho los números tienen dos formas  de comprenderse: desde el punto de vista absoluto cuantitativo como una cifra y desde el punto de vista cualitativo y hasta esotérico, como un símbolo.
Normalmente, para nosotros, lo más sencillo es que dos más dos suman cuatro, y listo. De aquí que nuestro pragmatismo material nos impida detenernos en otro tipo de consideraciones, pero en el mundo oriental, que vive sus realidades de manera diferente, donde la imaginación o lo etéreo forma parte del todo y ese todo está en un solo individuo y con otra idea y apreciación del factor tiempo, esto no es así. Los orientales le dan a los números un segundo significado, de carácter simbólico, lo cual concuerda con el estudio del simbolismo masónico donde el símbolo cobra vida y es la base de nuestros estudios.
Por ejemplo el número cuarenta, además de expresar cuarenta unidades de lo que se trate, expresa también en muchos casos una referencia de carácter simbológico.
En la Biblia se emplea este número (cuarenta), 102 veces, y en muchas de ellas tienen un significado simbólico, en cuanto se emplea, no para expresar un número de unidades contadas, sino para enviar un mensaje subyacente en el número que se expresa.
Solo como algunos ejemplos, la Biblia comienza con el libro del Génesis, en el cual Dios anuncia el diluvio universal que durará cuarenta días y cuarenta noches. Cuarenta años tenía Isaac cuando tomó por esposa a Rebeca y otros cuarenta también tenía Esaú cuando tomó por esposas a Judit, y a Basmat. Cuarenta días permaneció Moisés en lo alto del Monte del Sinaí, y también cuarenta días tardaron en volver los exploradores enviados por Moisés a la tierra prometida. Fueron también cuarenta días, los que permaneció el profeta Elías en el desierto del Sinaí huyendo del acoso de la reina Jezabel.  David reinó durante cuarenta años al igual que Salomón  e Israel y Saul. El profeta Jonás predice la destrucción de Nínive en cuarenta días. Nuestro Señor ayunó cuarenta días en el desierto.
Simbólicamente el número cuarenta representa la idea de “cambio”, o del paso de una generación a otra. En el diluvio la humanidad cambia. Con los matrimonios de Isaac y Esaú, se inicia una nueva generación. Los cuarenta días de Moisés y de Elías en lo alto del monte, implican su cambio espiritual, Dios los llama para mostrarse más íntimamente a ellos. Los cuarenta días que tardaron los exploradores, simbolizan el cambio de actitud del pueblo judío antes las nuevas, que les traen los exploradores, acerca de la tierra prometida. Los cuarenta años del pueblo judío en el desierto, simbolizan el cambio generacional que ha de producirse, hasta que se extinga la generación infiel que salió de Egipto. A Nínive se le dan cuarenta días para que cambie. Los cuarenta días de Nuestro Señor en el desierto simbolizan el cambio de su vida privada a su vida pública.
Por otro lado, no es solamente el cuarenta como tal sino cifras múltiplos de éste, como 480 (12 x 40), 960 (12 x 2 x 40), 1440 (12 x 3 x 40)……….Ejemplo de ello tenemos en la Biblia que nos dice en I Reyes, 6:1 que: “El año 480 después de la salida de los israelitas de Egipto, el cuarto año del reinado de Salomón en Israel, el segundo mes de Ziv, comenzó la obra de la Casa o Templo de Yave.”
Según Flavio Josefo, en su libro Antiguedades de los Judíos, 8,3,1 nos relata que “Salomón comenzó a construir su templo 1440 años después del diluvio…”
Analizando un poco lo anterior vemos que el Templo de Salomón fue construido exactamente 480 años después que Moisés condujo su pueblo fuera de Egipto, antes de hacerlo caminar durante cuarenta años en el desierto y 1440 años después del Diluvio que duró cuarenta días y cuarenta noches.
No obstante lo anterior, hay casos concretos en que es difícil ver el simbolismo, como lo son por ejemplo, los cuarenta azotes que se indica en el Deuteronomio, como pena que ha de sufrir el condenado a este castigo. Pero dado el profundo respeto a las formas exteriores, que tenía el pueblo judío, en la realidad solo se daban treinta y nueve azotes, para no sobrepasar nunca por equivocación los cuarenta.
Si forzamos un poco la imaginación, podemos ver aquí ver aquí el simbolismo,  en el cambio que se ha de esperar, en la conducta del que sufre la pena.
Las cifras son abundantes en todos los textos sagrados, pero centrándonos en el simbolismo del número cuarenta que es el del cambio, vemos que en nuestra vida espiritual el cambio tiene una tremenda importancia, porque para avanzar en esta vida, en el camino del encuentro con nuestro Creador, continuamente hemos de estar cambiando.
En la espiritualidad de las Iglesias cismáticas orientales se emplea el término metanoia. La metanoia representa el cambio de mentalidad que se necesita tener para avanzar en el desarrollo de la vida espiritual, es la profunda transformación de nuestra escala de valores para adecuarla a lo que el Señor nos demanda. La metanoia, va unida a lo que conocemos con el nombre de conversión de una persona. Es el entierro del hombre viejo y el nacimiento del hombre nuevo que muchas veces espectacularmente se origina en una persona que atiende al llamado de la iniciación masónica.
Ya que estamos estudiando la cifra 40 en el contexto bíblico y masónico, daré cuarenta ejemplos detallados de versículos donde aparece dicha cifra, de acuerdo al texto de la Biblia Latinoamerica, Edición pastoral revisada 2005, Editorial Verbo Divino, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.
1).- Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré a todos los seres que creé. (Génesis, 7:4)
2).- El diluvio cayó durante cuarenta días sobre la tierra. Crecieron las aguas y elevaron el arca muy por encima de las tierras. (Génesis, 7:17)
3).- Abraham fue padre de Isaac. Cuando Isaac tenía cuarenta años, tomó por esposa a Rebeca, hija de Betuel,  el arameo de Paddán Aram y hermana de Labán el arameo. (Génesis, 25:17)
4).- Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por esposa a Judit, hija de Beri el heteo, y a Basemat, hija de Elón, heteo también. (Génesis, 26:34)
5).- Los hijos de Israel comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a una tierra poblada. (Éxodo, 16:35)
6).- Moisés entró en la nube mientras subía al monte. Moisés permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo, 24:18)
7).- Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la Alianza, los diez mandamientos. (Éxodo, 34:28)
8).- Al cabo de cuarenta días volvieron de su inspección a ese país. (Números, 13:25)
9).- …y sus hijos serán nómadas en el desierto durante cuarenta años. (Números 14:33)
10).- Ustedes emplearon cuarenta días en recorrer el país; pues bien, cada día equivaldrá a un año. Cargarán con el peso de su pecado durante cuarenta años y sabrán lo que es mi cólera. (Números, 14:34)
11).- Podrán darle cuarenta azotes, no más, no sea que al golpearlo más, sea mucho el castigo y tu hermano quede deshonrado a tus ojos. (Deuteronomio, 25, 3)
12).- Tenía Moisés ciento veinte años (3 x 40) cuando murió. No había perdido su vigor y sus ojos aún veían claramente. (Deuteronomio, 34:7)
13).- El país estuvo en paz durante cuarenta años; luego Otoniel, hijo de Quenaz, murió. (Jueces, 3:11)
14).- ¡Oh Yavé, que así perezcan tus enemigos¡ Y da a los que te aman el resplandor del sol. El país estuvo después tranquilo por cuarenta años. (Jueces 5:31)
15).- En cuanto a los madianitas, quedaron en adelante sometidos a los israelitas y no volvieron a levantar cabeza. El país estuvo en paz durante cuarenta años, el tiempo que vivió Gedeón. (Jueces, 8:28)
16).- Tuvo cuarenta hijos y treinta hijas, que andaban en setenta burros. Juzgó a Israel ocho años. (Jueces, 12:14)
17).- Los israelitas volvieron a hacer lo que es malo a los ojos de Yavé, quien los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años. (Jueces, 13:1)
18).- En cuanto mencionó el Arca de Dios, Heli cayó de espaldas en su silla, atravesándose en la puerta. Se rompió la nuca y murió porque el anciano era pesado. Había juzgado a Israel durante cuarenta años. (I Samuel, 4:18)
19).- El filisteo se presentaba cada mañana y cada tarde, y así lo hizo durante cuarenta días. (I Samuel,  17:16)
20).- Isbaal, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando pasó a ser rey de Israel,  y reinó dos años, mientras que la casa de Judá seguía a David. (2 Samuel, 2:10)
Ahora veamos otros casos más en detalle:
21).- Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los hizo vagar en el desierto por cuarenta años, hasta que fue acabada toda la generación de los que habían hecho mal ante los ojos del SEÑOR. (Números, 32:13)
22).- Y la tierra tuvo descanso por cuarenta años. Y murió Otoniel, hijo de Quenaz. (Jueces, 3:11)
23).- “No pasará por ella pie de hombre, ni pie de animal pasará por ella, ni será habitada por cuarenta años. `Y haré de la tierra de Egipto una desolación en medio de tierras desoladas; y sus ciudades, en medio de ciudades devastadas, estarán desoladas por cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por las tierras.' `Porque así dice el Señor DIOS: `Al cabo de cuarenta años recogeré a los egipcios de entre los pueblos donde estaban dispersos;.. (Ezequiel 29:11-13)
24).- Entonces ellos pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. (Hechos, 13:21)
25).- Los días que David reinó sobre Israel {fueron} cuarenta años: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén. (I Reyes, 2:11)
26).- El tiempo que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel {fue de} cuarenta años. (I Reyes 11:42)
27).- Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. (Mateo, 4:2)
28).- A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo concerniente al reino de Dios. (Hechos, 1:3)
29).- Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que él había hecho,.. (Génesis, 8:6)
30).- Y se requerían cuarenta días para ello, porque este es el tiempo requerido para el embalsamamiento. Y los egipcios lo lloraron setenta días. (Génesis 50:3)
31).- Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo, 24:18)
32).- Y {Moisés} estuvo allí con el SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. (Éxodo 34:28)
33).- Y volvieron de reconocer la tierra al cabo de cuarenta días,…(Números 15:25)
34).- Entonces me postré delante del SEÑOR los cuarenta días y cuarenta noches, lo cual hice porque el SEÑOR había dicho que os iba a destruir. (Deuteronomio, 9:25)
35).- Durante cuarenta días el filisteo vino mañana y tarde, presentándose {en desafío.} (I Samuel 17:16)
36).- Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (I Reyes, 19:8)
37).- Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, {pero} sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he asignado por cuarenta días, un día por cada año. (Ezequiel, 4:6)
38).- Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba, diciendo: Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada. (Jonás, 3:4)
39).- …..por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. (Lucas, 4:2)
40).- Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían. (Marcos, 1:13)
Estos son solo algunos ejemplos de cómo en diferentes partes de la Biblia se repite el número 40 independientemente de su autor y época.
Ahora bien  continuando con la explicación del porqué de todo esto, debemos centrarnos un rato en la parte astrológica de nuestro entorno….
Tal como sabemos, la teoría heliocéntrica nos ubica en que todos los planetas giran alrededor del sol, tanto los planetas internos como los externos.
Denominaremos aquí los planetas internos en base a la tierra, a Marte, Venus,  Mercurio y la misma Tierra y los planetas externos los demás tales como Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.
De estos planetas nos centraremos en Venus. Veamos someramente algunas de sus características.
Venus es el segundo planeta del sistema solar en orden de distancia desde el Sol, el sexto en cuanto a tamaño, ordenados de mayor a menor. Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor (gr. Afrodita).
Se trata de un planeta de tipo rocoso y terrestre, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición, aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas (la temperatura media de Venus es de 463,85 ºC).
La órbita de Venus es una elipse con una excentricidad de menos del 1 %, formando la órbita más circular de las de todos los planetas; apenas supera la de Neptuno. Su presión atmosférica es 90 veces superior a la terrestre; es, por tanto, la mayor presión atmosférica de las de todos los planetas rocosos del sistema solar.
Pese a situarse más lejos del Sol que Mercurio, Venus posee la atmósfera más caliente del sistema solar; esto se debe a que está principalmente compuesta por gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, atrapando mucho más calor del Sol. 
Los planetas tienen un sistema de desplazamiento definidos dentro del periodo orbital que no es otra cosa que el tiempo que le toma a un astro recorrer su órbita. Cuando se trata de objetos que orbitan alrededor del sol existen dos tipos:
El periodo sideral es el tiempo que tarda el objeto en dar una vuelta completa alrededor del sol, tomando como punto de referencia una estrella fija. Se considera el auténtico período orbital del objeto y sería el que vería un observador inmóvil que no orbitara alrededor del sol.
El periodo sinódico es el tiempo que tarda el objeto en volver a aparecer en el mismo punto del cielo respecto al sol, cuando se observa desde la Tierra. Este periodo tiene en cuenta que la Tierra, lugar desde el cual es observado el objeto, también orbita en torno al sol. Es, por tanto, el tiempo que transcurre entre dos conjunciones sucesivas con el sol, y es el período orbital aparente.
El período sideral y el sinódico difieren ya que la Tierra, a su vez, da vueltas alrededor del Sol.
Aquí lo interesante. El planeta más visible de todos es precisamente Venus. Desde los albores de la prehistoria era considerado como una diosa, y más tarde junto con la Luna y la Tierra, constituyó la trinidad femenina. Era llamado el “el lucero del alba” o “el lucero de la mañana”   tal como también se le dice a Jesús en la Biblia.
Debido a que son planetas internos, Venus y Mercurio están ligados a la luz del Sol y cerca de la órbita de la Tierra. De los dos, es decir entre Venus y Mercurio, Venus es el que tiene una órbita mayor y puede verse fácilmente después del ocaso. Cuando es visible tras éste, se está moviendo entre la Tierra y el Sol, para originar el fenómeno de “lucero de la tarde”.
Después de pasar por delante de la Tierra, es que puede verse de nuevo como “el lucero de la mañana” tal como se describió anteriormente, justo antes del amanecer.
En nuestro año calendario de  365 días completos, la repetición del lucero de la tarde o vespertino,  o Venus, se produce en una relación numérica exacta de cinco (5) a ocho (8), esto es dividiendo 365 entre 5 obtenemos un período de setenta y tres (73) días, que multiplicado por ocho (8), nos da el período sinódico de Venus, o sea tal como lo dijéramos anteriormente en otras palabras, es el tiempo transcurrido entre dos conjunciones consecutivas de dos cuerpos celestes y se corresponde a 584 días.
Cuando el cinturón zodiacal se representa en un círculo, el ciclo de Venus, forma una estrella de cinco (5) puntas al cabo de ocho años terrestres. Y cinco multiplicado por ocho da como resultado el cuarenta que hemos venido hablando.
En la gráfica a continuación, podremos observar la perfección de la estrella de cinco puntas formada en el ciclo sinódico de Venus.
Mercurio por su parte forma una estrella de David, o sea de seis puntas exactamente y perfecta y la luna un triángulo equilátero, lógicamente en tiempos diferentes.
De allí, que el hombre nunca inventó los números. Siempre estuvieron allí y lo que hizo fue simplemente descubrirlos y darles un símbolo. El universo y sus ciclos nos han proporcionado los números en formas geométricas.
CICLO SIDÓDICO DE VENUS
Así pues, “el Ciclo de Venus”  dura ocho años y comprende cinco ciclos completos de fenómenos venusianos. Esto significa que el firmamento reveló la cinquidad a los primeros seres humanos. Tanto el pentágono como la estrella que se forma, constituye un poderoso símbolo del mundo antiguo, la sección aúrea, una razón única de 1,618… cuyo valor recíproco y cuadrado contienen la misma parte fraccionaria irracional que el propio número 0,618…
La sección aúrea, se encuentra en todos los templos del antiguo Egipto y Grecia, y es a su vez el patrón básico de la proporción perfecta natural y de la belleza. Aspectos estos todos del grado de Compañero masónico……….
Cuando Mercurio se coloca delante del planeta Venus, el resplandor es aún mayor y se ve un solo astro, es decir una especie de estrella flamígera, tal como la que vieron los Reyes Magos para llegar a Belén en donde se encontraba el niño Jesús.
Por consiguiente, puede decirse que los planetas interiores infundieron capacidad de raciocinio numérico en la mente primitiva, pues en caso contrario los posteriores símbolos, tradicionales no parecerían derivarse de nada excepto de la arbitraria imaginación humana.
De hecho el significado del 3, el 4, el 5 y el 6, está relacionado directa e íntimamente con la Luna, El Sol, Venus y Mercurio, y por consiguiente, las antiguas civilizaciones, probablemente usaban varios tipos de calendarios basados en los acontecimientos celestes, pero a pesar de todo esto, no hay ningún calendario capaz de armonizar simplemente los ciclos del Sol y de la Luna. Es como si los períodos de ambos cuerpos celestes hubiesen sido ideados con un alto grado de variación, incluso de caos, en mente, tal como lo reza el Génesis en su segundo versículo…….
No sería coincidencia….sino un problema de interpretación….
El profesor Foakes-Jackson, quien enseñara catolicismo en Cambridge a principios del SXX, dice que: “..en términos numéricos, la fecha del Éxodo, 480 (12 x 40)años antes de la fundación del Templo en cuarto año del reinado de Salomón, en 967, es una reconstrucción evidentemente artificial de la arqueología pagana..”
Esta cifra, 967, es 480 x 2 y quedan 7 años….o sea que la primera piedra del Templo de Salomón se colocó 967 años AC…según el calendario moderno. Se dice que Jesús nació entre el año 8 y 4 antes de su propia era en Belén de Judá según la Enciclopedia Encarta 2001. Si nació en el año 7 antes de su calendario, Herodes El Grande, nació en el 73-74 AC y falleció en el año 4 AC y fue conocido por ser un gran constructor hasta del Segundo Templo de Jerusalén y promotor de la llamada matanza de los inocentes según el Nuevo Testamento,  Mateo, 2:16-18 donde mandó a matar a todos los niños menores de dos años.
 Anselm Grün, nacido en el 14 de enero de 1945 en Baja Franconia, es un monje y sacerdote alemán, doctor en teología, famoso por unir la espiritualidad tradicional cristiana con la psicología moderna escribió que Herodes actuó por miedo: temía a Jesús niño a quien los magos de oriente designaron como el rey de los judíos recién nacido: «Al enterarse, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén» (Mateo 2, 3). El poderoso tenía miedo de que lo nuevo pudiera quitarle poder: «Herodes tenía poder sobre la tierra y sobre los hombres. Pero éste no era la expresión de su fuerza interior, sino que estaba acuñado por el miedo. Por él, asesina cruelmente a todos sus rivales [...] Por su temor hace matar a todos los niños de hasta dos años de edad. Herodes está atrapado en su miedo. Y su política, la que él ejerce, es una política de miedo. Y así difunde por doquier a su alrededor únicamente terror. Los hombres que se aferran a su poder por miedo abusan del poder. Y solo pueden mantener su reinado al infundir miedo».
Por lo tanto Jesús ya había nacido antes del año 4 de su muerte.
Si sabemos que Jesús murió crucificado a los 33 años de nuestra era y había nacido 7 años antes, murió de cuarenta años y resucitó y anduvo entre nosotros por cuarenta días además………
Esto está certificado por los estudios astrológicos de la conjunción de Mercurio y Venus en el año 7 AC dando como resultado una estrella flamígera muy brillante.
Por otro lado estoy escribiendo este trazado en época de cuaresma. La cuaresma comienza al término del carnaval, más específicamente, a partir del miércoles de ceniza. Siendo el carnaval una fiesta pagana, resulta interesante observar que la fecha que corresponde a éste se calcula en base al tiempo de la semana mayor, por lo que para estimarlo, se toma en consideración la fecha de la semana mayor, que corresponde a LA PRIMERA LUNA LLENA después del equinoccio de primavera. Pero, ¿Cuál es el significado y la importancia de esta luna?
Si entendemos lo que sucede en el universo el día del equinoccio, vemos que en este momento, la duración del día y la noche son iguales en tiempo, es decir, ese día en particular, las horas de luz y de oscuridad son iguales. Por lo que, la primera luna llena después del equinoccio, no es más que el primer momento en que la luna refleja hacia nosotros la luz del sol durante la oscuridad de la noche, a partir del equinoccio de primavera, las horas de luz solar son más que las horas de oscuridad.
Este particular momento corresponde con el domingo de resurrección de la religión cristiana, se le llama Resurrección, ya que en ese día, se reciben los rayos del sol durante el día y además, estos rayos siguen aún llegándonos en la noche, pues la luna llena los refleja a plenitud sobre la tierra, cumpliéndose así también, un principio de fecundación entre lo masculino y lo femenino.
Pensemos pues que ese día, los rayos del sol rebotados sobre la superficie de la luna nos rebota una luz “fecundada” y entregada a la tierra a fin de que esta, haga su trabajo germinal. Entre el momento del miércoles de ceniza y el domingo de resurrección, hay exactamente 47 días, que corresponden a los 40 días de la cuaresma y los 7 días de la semana mayor, que comienzan con el domingo de ramos y terminan con el domingo de resurrección o sea, la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Son días de conversión y de preparación para hacer un trabajo profundo sobre nosotros mismos interiormente, pues puede entenderse como el triunfo de la luz sobre la oscuridad y por tanto el triunfo de la acción sobre la pasividad, el tiempo de la floración y fructificación.
Comprendiendo estos acontecimientos, surge la pregunta ¿Cómo prepararnos para un evento tan importante como lo es la Cuaresma? Esotéricamente, cuarenta es un número importante, si entendemos que el 10 es el número que representa la completitud y por ende el retorno a la unidad, por lo que 40 es cuatro veces 10 que podemos entender como la completitud en los cuatro elementos y entre el cielo y la tierra; por ello no extraña que para las escrituras sagradas del judeo-cristianismo, hayan sido 40 los días del diluvio, 40 los años de peregrinación del pueblo judío en el desierto, 40 los días de Moisés y de Elías en la montaña, 40 los días que paso Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública y así muchos más tal como lo hemos explicado anteriormente.
Desde el punto de vista de la Kabbalah, hay algo aún más impresionante… y es la llamada Shékinah
La palabra Shekinah no aparece en la biblia, pero el concepto si se ve claramente. Los rabinos judíos se inventaron esta expresión extra bíblica, una forma de una palabra hebrea que significa literalmente "él hizo habitar", dando a entender que fue una visitación divina de la presencia o morada del Señor Dios en esta tierra.
La Shekinah se evidenció por primera vez cuando los israelitas salieron de Sucot en su huida de Egipto. Es decir 480 años antes de la construcción del Templo de Salomón. Allí, el Señor apareció en una columna de nube en el día y una columna de fuego por la noche: "Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, a la entrada del desierto. Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego" (Éxodo 13:20-22).
Dios habló a Moisés desde la columna de nube en Éxodo 33, asegurándole que Su presencia estaría con los israelitas (v. 9). El versículo 11 dice que Dios habló a Moisés "cara a cara" fuera de la nube, pero cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios le dijo, "No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá" (v. 20). Así que aparentemente, la manifestación visible de la gloria de Dios era algo silencioso. Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios se escondió a Moisés en la hendidura de una roca, lo cubrió con Su mano, y pasó. Luego retiró Su mano, y Moisés sólo vio Su espalda. Esto parecería indicar que la gloria de Dios es demasiado impresionante y poderosa para ser vista completamente por el hombre.
La manifestación visible de la presencia de Dios no solo la veían los israelitas, sino también los egipcios: "Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios" (Éxodo 14:24-25). Sólo la presencia de la gloria Shekinah de Dios, fue suficiente para convencer a Sus enemigos que Él no era alguien a quien podían resistir.
En el nuevo testamento, Jesucristo es la morada de la gloria de Dios. Colosenses 2:9 nos dice: "Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad", haciendo que Jesús le exclame a Felipe, "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). En Cristo, vemos la manifestación visible de Dios mismo en la segunda persona de la Trinidad. Aunque Su gloria también fue encubierta, Jesús es, sin embargo, la presencia de Dios en la tierra. Así como la presencia divina moraba en una carpa relativamente sencilla llamada el "tabernáculo" antes de que el templo en Jerusalén se construyera, de la misma manera la presencia habitó en un hombre relativamente sencillo llamado Jesús.
Este es un período muy importante en el desarrollo de los ciclos de la evolución del hombre en la tierra junto con la Biblia si vemos que hay dos ciclos de 480 años entre la colocación de la piedra fundacional del Templo de Salomón y la fecha de nacimiento de Jesús, y podemos decir que existe una relación directa en el tiempo y la presencia de Dios en la Tierra según los datos Bíblicos, de 480 años y la santa Shékinah.
Todo lo anteriormente expuesto en este trazado, es una apología al planeta Venus, y su importancia en la vida del ser humano en lo que se refiere a su propia historia, historia llena de símbolos, como el “lucero de la mañana”, “la estrella flamígera”, “la construcción del Templo de Salomón”, “el mismo éxodo”, “el diluvio universal”, “el nacimiento de Jesús”, “la presencia de la Shékinah” y todo parece desapercibido a nuestros ojos, por la falta del entendimiento de la simbología, no solamente la gráfica, como muchos piensan que es, sino toda la que está inmersa en textos y líneas que de manera común y corriente leemos, tratamos de comprender, mas no “sabemos” qué es lo que realmente quiere decir.
Por eso, “la masonería necesita de todos sus adeptos, mientras exista en el mundo, una verdad qué descubrir” RAT.
Swuami\

EL ORIGEN DE LA PALANCA MASÓNICA Y EL ARCA DE LA ALIANZA

EL ORIGEN DE LA PALANCA MASÓNICA Y EL ARCA DE LA ALIANZA Edición y recopilación de : M \ M \ René A. Thomas R. Resp \ Log...