EL 40 BIBLICO Y LA
MASONERIA
(DESDE ANTES A
DESPUÉS)
René A. Thomas R.
Maestro Masón
Resp\Logia “Sol de Curpa” N°112
Or\ Acarigua – Edo. Portuguesa
Si al concepto de civilización vamos, tenemos en
realidad solo dos: la occidental y la oriental. La occidental se caracteriza
básicamente por su extremado pragmatismo, lo que la lleva a considerar como
cierto o verdad, todo aquello que es real y tangible, marginando lo
imaginativo. Esta reducción y en muchas veces casi anulación o pérdida del
sentido imaginativo es más fuerte y se da en los pueblos anglo sajones y
germánicos y al norte de ellos. Contrariamente, los latinos son más
imaginativos, y medida que nos
desplazamos hacia el oriente vamos entrando, en lo que denominamos la
civilización oriental, en la cual, lo imaginativo se excede sobre lo real.
El concepto tiempo y del espacio y su
aprovechamiento también varía, con respecto a los criterios que rigen en el
mundo occidental. Todas estas diferencias entre las dos civilizaciones
orientales y occidentales, se agudizan mucho más, si nos remontamos a los
antiguos orientales de los tiempos bíblicos, antes y después del Cristo.
Una importante consecuencia de la diferencia de
estas dos mentalidades, hace referencia al simbolismo que encierra muchos de
los mensajes de los textos sagrados.
En nuestro mundo, el occidental, la simbología carece
prácticamente de valor, pero en el mundo oriental, todo tiene un extraordinario
sentido simbológico de manera más concreta, y más cuando se lee la Biblia, donde nos perdemos
muchas veces, el doble sentido que tienen determinadas frases en los versículos
o en el contexto general de un evento y sobre todo con lo relacionado a los
números, que de manera muy abundante aparecen en sus páginas.
Los números que se expresan en la Biblia, en
muchos casos, no siempre afirman o nos envían un mensaje matemático, sino
simbólico. De hecho los números tienen dos formas de comprenderse: desde el punto de vista
absoluto cuantitativo como una cifra y desde el punto de vista cualitativo y hasta
esotérico, como un símbolo.
Normalmente, para nosotros, lo más sencillo es
que dos más dos suman cuatro, y listo. De aquí que nuestro pragmatismo material
nos impida detenernos en otro tipo de consideraciones, pero en el mundo
oriental, que vive sus realidades de manera diferente, donde la imaginación o
lo etéreo forma parte del todo y ese todo está en un solo individuo y con otra
idea y apreciación del factor tiempo, esto no es así. Los orientales le dan a
los números un segundo significado, de carácter simbólico, lo cual concuerda
con el estudio del simbolismo masónico donde el símbolo cobra vida y es la base
de nuestros estudios.
Por ejemplo el número cuarenta, además de
expresar cuarenta unidades de lo que se trate, expresa también en muchos casos
una referencia de carácter simbológico.
En la Biblia se emplea este número (cuarenta),
102 veces, y en muchas de ellas tienen un significado simbólico, en cuanto se
emplea, no para expresar un número de unidades contadas, sino para enviar un
mensaje subyacente en el número que se expresa.
Solo como algunos ejemplos, la Biblia comienza con
el libro del Génesis, en el cual Dios anuncia el diluvio universal que durará
cuarenta días y cuarenta noches. Cuarenta años tenía Isaac cuando tomó por
esposa a Rebeca y otros cuarenta también tenía Esaú cuando tomó por esposas a
Judit, y a Basmat. Cuarenta días permaneció Moisés en lo alto del Monte del
Sinaí, y también cuarenta días tardaron en volver los exploradores enviados por
Moisés a la tierra prometida. Fueron también cuarenta días, los que permaneció
el profeta Elías en el desierto del Sinaí huyendo del acoso de la reina
Jezabel. David reinó durante cuarenta
años al igual que Salomón e Israel y
Saul. El profeta Jonás predice la destrucción de Nínive en cuarenta días.
Nuestro Señor ayunó cuarenta días en el desierto.
Simbólicamente el número cuarenta representa la
idea de “cambio”, o del paso de una generación a otra. En el diluvio la
humanidad cambia. Con los matrimonios de Isaac y Esaú, se inicia una nueva generación.
Los cuarenta días de Moisés y de Elías en lo alto del monte, implican su cambio
espiritual, Dios los llama para mostrarse más íntimamente a ellos. Los cuarenta
días que tardaron los exploradores, simbolizan el cambio de actitud del pueblo
judío antes las nuevas, que les traen los exploradores, acerca de la tierra
prometida. Los cuarenta años del pueblo judío en el desierto, simbolizan el
cambio generacional que ha de producirse, hasta que se extinga la generación
infiel que salió de Egipto. A Nínive se le dan cuarenta días para que cambie.
Los cuarenta días de Nuestro Señor en el desierto simbolizan el cambio de su
vida privada a su vida pública.
Por otro lado, no es solamente el cuarenta como
tal sino cifras múltiplos de éste, como 480 (12 x 40), 960 (12 x 2 x 40), 1440
(12 x 3 x 40)……….Ejemplo de ello tenemos en la Biblia que nos dice en I Reyes,
6:1 que: “El año 480 después de la salida de los israelitas de Egipto, el cuarto
año del reinado de Salomón en Israel, el segundo mes de Ziv, comenzó la obra de
la Casa o Templo de Yave.”
Según Flavio Josefo, en su libro Antiguedades
de los Judíos, 8,3,1 nos relata que “Salomón comenzó a construir su
templo 1440 años después del diluvio…”
Analizando un poco lo anterior vemos que el
Templo de Salomón fue construido exactamente 480 años después que Moisés
condujo su pueblo fuera de Egipto, antes de hacerlo caminar durante cuarenta
años en el desierto y 1440 años después del Diluvio que duró cuarenta días y
cuarenta noches.
No obstante lo anterior, hay casos concretos en
que es difícil ver el simbolismo, como lo son por ejemplo, los cuarenta azotes
que se indica en el Deuteronomio, como pena que ha de sufrir el condenado a
este castigo. Pero dado el profundo respeto a las formas exteriores, que tenía
el pueblo judío, en la realidad solo se daban treinta y nueve azotes, para no
sobrepasar nunca por equivocación los cuarenta.
Si forzamos un poco la imaginación, podemos ver
aquí ver aquí el simbolismo, en el
cambio que se ha de esperar, en la conducta del que sufre la pena.
Las cifras son abundantes en todos los textos
sagrados, pero centrándonos en el simbolismo del número cuarenta que es el del
cambio, vemos que en nuestra vida espiritual el cambio tiene una tremenda
importancia, porque para avanzar en esta vida, en el camino del encuentro con
nuestro Creador, continuamente hemos de estar cambiando.
En la espiritualidad de las Iglesias cismáticas
orientales se emplea el término metanoia. La metanoia representa el
cambio de mentalidad que se necesita tener para avanzar en el desarrollo de la
vida espiritual, es la profunda transformación de nuestra escala de valores
para adecuarla a lo que el Señor nos demanda. La metanoia, va unida a lo que
conocemos con el nombre de conversión de una persona. Es el entierro del hombre
viejo y el nacimiento del hombre nuevo que muchas veces espectacularmente se
origina en una persona que atiende al llamado de la iniciación masónica.
Ya que estamos estudiando la cifra 40 en el
contexto bíblico y masónico, daré cuarenta ejemplos detallados de versículos
donde aparece dicha cifra, de acuerdo al texto de la Biblia Latinoamerica,
Edición pastoral revisada 2005, Editorial Verbo Divino, tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo.
1).- Porque dentro de siete días haré llover sobre
la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré a todos los
seres que creé. (Génesis, 7:4)
2).- El diluvio cayó durante cuarenta días sobre
la tierra. Crecieron las aguas y elevaron el arca muy por encima de las
tierras. (Génesis, 7:17)
3).- Abraham fue padre de Isaac. Cuando Isaac
tenía cuarenta años, tomó por esposa a Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Paddán Aram y hermana de Labán
el arameo. (Génesis, 25:17)
4).- Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por
esposa a Judit, hija de Beri el heteo, y a Basemat, hija de Elón, heteo
también. (Génesis, 26:34)
5).- Los hijos de Israel comieron maná durante
cuarenta años, hasta que llegaron a una tierra poblada. (Éxodo, 16:35)
6).- Moisés entró en la nube mientras subía al
monte. Moisés permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo,
24:18)
7).- Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta
días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las
palabras de la Alianza, los diez mandamientos. (Éxodo, 34:28)
8).- Al cabo de cuarenta días volvieron de su
inspección a ese país. (Números, 13:25)
9).- …y sus hijos serán nómadas en el desierto
durante cuarenta años. (Números 14:33)
10).- Ustedes emplearon cuarenta días en recorrer
el país; pues bien, cada día equivaldrá a un año. Cargarán con el peso de su
pecado durante cuarenta años y sabrán lo que es mi cólera. (Números, 14:34)
11).- Podrán darle cuarenta azotes, no más, no
sea que al golpearlo más, sea mucho el castigo y tu hermano quede deshonrado a
tus ojos. (Deuteronomio, 25, 3)
12).- Tenía Moisés ciento veinte años (3 x 40)
cuando murió. No había perdido su vigor y sus ojos aún veían claramente.
(Deuteronomio, 34:7)
13).- El país estuvo en paz durante cuarenta
años; luego Otoniel, hijo de Quenaz, murió. (Jueces, 3:11)
14).- ¡Oh Yavé, que así perezcan tus enemigos¡ Y
da a los que te aman el resplandor del sol. El país estuvo después tranquilo
por cuarenta años. (Jueces 5:31)
15).- En cuanto a los madianitas, quedaron en
adelante sometidos a los israelitas y no volvieron a levantar cabeza. El país
estuvo en paz durante cuarenta años, el tiempo que vivió Gedeón. (Jueces, 8:28)
16).- Tuvo cuarenta hijos y treinta hijas, que
andaban en setenta burros. Juzgó a Israel ocho años. (Jueces, 12:14)
17).- Los israelitas volvieron a hacer lo que es
malo a los ojos de Yavé, quien los entregó en manos de los filisteos durante
cuarenta años. (Jueces, 13:1)
18).- En cuanto mencionó el Arca de Dios, Heli
cayó de espaldas en su silla, atravesándose en la puerta. Se rompió la nuca y
murió porque el anciano era pesado. Había juzgado a Israel durante cuarenta
años. (I Samuel, 4:18)
19).- El filisteo se presentaba cada mañana y
cada tarde, y así lo hizo durante cuarenta días. (I Samuel, 17:16)
20).- Isbaal, hijo de Saúl, tenía cuarenta años
cuando pasó a ser rey de Israel, y reinó
dos años, mientras que la casa de Judá seguía a David. (2 Samuel, 2:10)
Ahora veamos otros casos más en detalle:
21).- Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los hizo vagar en
el desierto por cuarenta años, hasta que fue acabada toda la generación de los
que habían hecho mal ante los ojos del SEÑOR. (Números, 32:13)
22).- Y la tierra tuvo descanso por cuarenta años. Y murió Otoniel, hijo
de Quenaz. (Jueces, 3:11)
23).- “No pasará por ella pie de hombre, ni pie de animal pasará por
ella, ni será habitada por cuarenta años. `Y haré de la tierra de Egipto una
desolación en medio de tierras desoladas; y sus ciudades, en medio de ciudades
devastadas, estarán desoladas por cuarenta años. Dispersaré a los egipcios
entre las naciones y los esparciré por las tierras.' `Porque así dice el Señor
DIOS: `Al cabo de cuarenta años recogeré a los egipcios de entre los pueblos
donde estaban dispersos;.. (Ezequiel 29:11-13)
24).- Entonces ellos pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de
Cis, varón de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. (Hechos, 13:21)
25).- Los días que David reinó sobre Israel {fueron} cuarenta años:
siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén. (I Reyes,
2:11)
26).- El tiempo que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel {fue
de} cuarenta años. (I Reyes 11:42)
27).- Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches,
entonces tuvo hambre. (Mateo, 4:2)
28).- A éstos también, después de su padecimiento, se presentó vivo con
muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y
hablándoles de lo concerniente al reino de Dios. (Hechos, 1:3)
29).- Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del
arca que él había hecho,.. (Génesis, 8:6)
30).- Y se requerían cuarenta días para ello, porque este es el tiempo
requerido para el embalsamamiento. Y los egipcios lo lloraron setenta días.
(Génesis 50:3)
31).- Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo
Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo, 24:18)
32).- Y {Moisés} estuvo allí con el SEÑOR cuarenta días y cuarenta
noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en las tablas las palabras del
pacto, los diez mandamientos. (Éxodo 34:28)
33).- Y volvieron de reconocer la tierra al cabo de cuarenta días,…(Números
15:25)
34).- Entonces me postré delante del SEÑOR los cuarenta días y cuarenta
noches, lo cual hice porque el SEÑOR había dicho que os iba a destruir. (Deuteronomio,
9:25)
35).- Durante cuarenta días el filisteo vino mañana y tarde,
presentándose {en desafío.} (I Samuel 17:16)
36).- Se levantó, pues, y comió y bebió, y con la fuerza de aquella
comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (I
Reyes, 19:8)
37).- Cuando los hayas cumplido, te acostarás por segunda vez, {pero}
sobre el lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá; te la he
asignado por cuarenta días, un día por cada año. (Ezequiel, 4:6)
38).- Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba,
diciendo: Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada. (Jonás, 3:4)
39).- …..por cuarenta días, siendo tentado por el diablo. Y no comió
nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre. (Lucas, 4:2)
40).- Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás.
Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían. (Marcos, 1:13)
Estos son solo algunos ejemplos de cómo en diferentes partes de la
Biblia se repite el número 40 independientemente de su autor y época.
Ahora bien continuando con la
explicación del porqué de todo esto, debemos centrarnos un rato en la parte
astrológica de nuestro entorno….
Tal como sabemos, la teoría heliocéntrica nos ubica en que todos los
planetas giran alrededor del sol, tanto los planetas internos como los
externos.
Denominaremos aquí los planetas internos en base a la tierra, a Marte,
Venus, Mercurio y la misma Tierra y los planetas
externos los demás tales como Júpiter,
Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.
De estos planetas nos centraremos en Venus.
Veamos someramente algunas de sus características.
Venus es el segundo planeta del sistema
solar en orden de distancia desde el Sol, el sexto en cuanto a
tamaño, ordenados de mayor a menor. Recibe su nombre en honor a Venus, la
diosa romana del amor (gr. Afrodita).
Se trata de un planeta de
tipo rocoso y terrestre, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra,
ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición,
aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas (la
temperatura media de Venus es de 463,85 ºC).
La órbita de
Venus es una elipse con una excentricidad de menos del 1 %, formando la
órbita más circular de las de todos los planetas; apenas supera la de Neptuno.
Su presión atmosférica es 90 veces superior a la terrestre; es, por tanto, la
mayor presión atmosférica de las de todos los planetas rocosos del sistema
solar.
Pese a situarse más lejos
del Sol que Mercurio, Venus posee la atmósfera más caliente del
sistema solar; esto se debe a que está principalmente compuesta por gases
de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, atrapando mucho
más calor del Sol.
Los planetas tienen un sistema de desplazamiento
definidos dentro del periodo orbital que
no es otra cosa que el tiempo que le toma a un astro recorrer
su órbita. Cuando se trata de objetos que orbitan alrededor del sol existen
dos tipos:
El periodo
sideral es el tiempo que tarda el objeto en dar una vuelta
completa alrededor del sol, tomando como punto de referencia una estrella fija.
Se considera el auténtico período orbital del objeto y sería el que vería un
observador inmóvil que no orbitara alrededor del sol.
El periodo sinódico es el tiempo que tarda el objeto en
volver a aparecer en el mismo punto del cielo respecto al
sol, cuando se observa desde la Tierra. Este periodo tiene en cuenta que
la Tierra, lugar desde el cual es observado el objeto, también orbita en torno
al sol. Es, por tanto, el tiempo que transcurre entre dos conjunciones
sucesivas con el sol, y es el período orbital aparente.
El período sideral y el sinódico
difieren ya que la Tierra, a su vez, da vueltas alrededor del Sol.
Aquí lo interesante. El planeta más
visible de todos es precisamente Venus. Desde los albores de la prehistoria era
considerado como una diosa, y más tarde junto con la Luna y la Tierra,
constituyó la trinidad femenina. Era llamado el “el lucero del alba” o “el lucero
de la mañana” tal como también
se le dice a Jesús en la Biblia.
Debido a que son planetas internos,
Venus y Mercurio están ligados a la luz del Sol y cerca de la
órbita de la Tierra. De los dos, es decir entre Venus y Mercurio, Venus es el
que tiene una órbita mayor y puede verse fácilmente después del ocaso. Cuando
es visible tras éste, se está moviendo entre la Tierra y el Sol, para originar
el fenómeno de “lucero de la tarde”.
Después de pasar por delante de
la Tierra, es que puede verse de nuevo como “el lucero de la mañana”
tal como se describió anteriormente, justo antes del amanecer.
En nuestro año calendario de 365 días completos, la repetición del lucero
de la tarde o vespertino, o Venus, se
produce en una relación numérica exacta de cinco (5) a ocho (8), esto
es dividiendo 365 entre 5 obtenemos un período de setenta y tres (73) días, que
multiplicado por ocho (8), nos da el período sinódico de Venus, o sea tal como
lo dijéramos anteriormente en otras palabras, es el tiempo transcurrido entre
dos conjunciones consecutivas de dos cuerpos celestes y se corresponde a 584
días.
Cuando el cinturón zodiacal se
representa en un círculo, el ciclo de Venus, forma una estrella de cinco (5)
puntas al cabo de ocho años terrestres. Y cinco multiplicado por ocho da como
resultado el cuarenta que hemos venido hablando.
En la gráfica a continuación,
podremos observar la perfección de la estrella de cinco puntas formada en el
ciclo sinódico de Venus.
Mercurio por su parte forma una
estrella de David, o sea de seis puntas exactamente y perfecta y la luna un
triángulo equilátero, lógicamente en tiempos diferentes.
De allí, que el hombre nunca inventó
los números. Siempre estuvieron allí y lo que hizo fue simplemente descubrirlos
y darles un símbolo. El universo y sus ciclos nos han proporcionado los números
en formas geométricas.
CICLO
SIDÓDICO DE VENUS
Así pues, “el Ciclo de Venus” dura ocho años y comprende cinco ciclos
completos de fenómenos venusianos. Esto significa que el firmamento reveló la
cinquidad a los primeros seres humanos. Tanto el pentágono como la estrella que
se forma, constituye un poderoso símbolo del mundo antiguo, la sección aúrea,
una razón única de 1,618… cuyo valor recíproco y cuadrado contienen la misma
parte fraccionaria irracional que el propio número 0,618…
La sección aúrea, se encuentra en todos los
templos del antiguo Egipto y Grecia, y es a su vez el patrón básico de la
proporción perfecta natural y de la belleza. Aspectos estos todos del grado de
Compañero masónico……….
Cuando Mercurio se coloca delante del planeta
Venus, el resplandor es aún mayor y se ve un solo astro, es decir una especie
de estrella flamígera, tal como la que vieron los Reyes Magos para llegar a
Belén en donde se encontraba el niño Jesús.
Por consiguiente, puede decirse que los
planetas interiores infundieron capacidad de raciocinio numérico en la mente
primitiva, pues en caso contrario los posteriores símbolos, tradicionales no
parecerían derivarse de nada excepto de la arbitraria imaginación humana.
De hecho el significado del 3, el 4, el 5 y el
6, está relacionado directa e íntimamente con la Luna, El Sol, Venus y
Mercurio, y por consiguiente, las antiguas civilizaciones, probablemente usaban
varios tipos de calendarios basados en los acontecimientos celestes, pero a
pesar de todo esto, no hay ningún calendario capaz de armonizar simplemente los
ciclos del Sol y de la Luna. Es como si los períodos de ambos cuerpos celestes
hubiesen sido ideados con un alto grado de variación, incluso de caos, en
mente, tal como lo reza el Génesis en su segundo versículo…….
No sería coincidencia….sino un problema de
interpretación….
El profesor Foakes-Jackson, quien enseñara
catolicismo en Cambridge a principios del SXX, dice que: “..en términos numéricos, la
fecha del Éxodo, 480 (12 x 40)años antes de la fundación del Templo en cuarto
año del reinado de Salomón, en 967, es una reconstrucción evidentemente artificial
de la arqueología pagana..”
Esta cifra, 967, es 480 x 2 y quedan 7 años….o
sea que la primera piedra del Templo de Salomón se colocó 967 años AC…según el
calendario moderno. Se dice que Jesús nació entre el año 8 y 4 antes de su
propia era en Belén de Judá según la Enciclopedia Encarta 2001. Si nació en el
año 7 antes de su calendario, Herodes El Grande, nació en el 73-74 AC y
falleció en el año 4 AC y fue conocido por ser un gran constructor hasta del
Segundo Templo de Jerusalén y promotor de la llamada matanza de los inocentes
según el Nuevo Testamento, Mateo,
2:16-18 donde mandó a matar a todos los niños menores de dos años.
Anselm Grün, nacido en el 14 de enero de 1945 en Baja Franconia, es
un monje y sacerdote alemán, doctor en teología, famoso por
unir la espiritualidad tradicional cristiana con la psicología moderna escribió
que Herodes actuó por miedo: temía a Jesús niño a quien los magos de oriente
designaron como el rey de los judíos recién nacido: «Al enterarse, el rey Herodes se
sobresaltó y con él toda Jerusalén» (Mateo 2, 3). El poderoso tenía miedo de que lo nuevo pudiera quitarle
poder: «Herodes tenía poder sobre la tierra y sobre los hombres. Pero éste no
era la expresión de su fuerza interior, sino que estaba acuñado por el miedo.
Por él, asesina cruelmente a todos sus rivales [...] Por su temor hace matar a
todos los niños de hasta dos años de edad. Herodes está atrapado en su miedo. Y
su política, la que él ejerce, es una política de miedo. Y así difunde por
doquier a su alrededor únicamente terror. Los hombres que se aferran a su poder
por miedo abusan del poder. Y solo pueden mantener su reinado al infundir
miedo».
Por lo tanto
Jesús ya había nacido antes del año 4 de su muerte.
Si sabemos
que Jesús murió crucificado a los 33 años de nuestra era y había nacido 7 años
antes, murió de cuarenta años y resucitó y anduvo entre nosotros por cuarenta
días además………
Esto está
certificado por los estudios astrológicos de la conjunción de Mercurio y Venus
en el año 7 AC dando como resultado una estrella flamígera muy brillante.
Por otro lado estoy escribiendo
este trazado en época de cuaresma. La
cuaresma comienza al término del carnaval, más específicamente, a partir del
miércoles de ceniza. Siendo el carnaval una fiesta pagana, resulta interesante
observar que la fecha que corresponde a éste se calcula en base al tiempo de la
semana mayor, por lo que para estimarlo, se toma en consideración la fecha de
la semana mayor, que corresponde a LA PRIMERA LUNA LLENA después del equinoccio
de primavera. Pero, ¿Cuál es el significado y la importancia de esta luna?
Si entendemos lo que sucede en el universo el
día del equinoccio, vemos que en este momento, la duración del día y la noche
son iguales en tiempo, es decir, ese día en particular, las horas de luz y de
oscuridad son iguales. Por lo que, la primera luna llena después del
equinoccio, no es más que el primer momento en que la luna refleja hacia
nosotros la luz del sol durante la oscuridad de la noche, a partir del
equinoccio de primavera, las horas de luz solar son más que las horas de
oscuridad.
Este particular momento corresponde con el
domingo de resurrección de la religión cristiana, se le llama Resurrección, ya
que en ese día, se reciben los rayos del sol durante el día y además, estos
rayos siguen aún llegándonos en la noche, pues la luna llena los refleja a
plenitud sobre la tierra, cumpliéndose así también, un principio de fecundación
entre lo masculino y lo femenino.
Pensemos pues que ese día, los rayos del sol
rebotados sobre la superficie de la luna nos rebota una luz “fecundada” y
entregada a la tierra a fin de que esta, haga su trabajo germinal. Entre el
momento del miércoles de ceniza y el domingo de resurrección, hay exactamente
47 días, que corresponden a los 40 días de la cuaresma y los 7 días de la
semana mayor, que comienzan con el domingo de ramos y terminan con el domingo
de resurrección o sea, la primera luna llena después del equinoccio de
primavera. Son días de conversión y de preparación para hacer un trabajo
profundo sobre nosotros mismos interiormente, pues puede entenderse como el
triunfo de la luz sobre la oscuridad y por tanto el triunfo de la acción sobre
la pasividad, el tiempo de la floración y fructificación.
Comprendiendo estos acontecimientos, surge la
pregunta ¿Cómo prepararnos para un evento tan importante como lo es la
Cuaresma? Esotéricamente, cuarenta es un número importante, si entendemos que
el 10 es el número que representa la completitud y por ende el retorno a la
unidad, por lo que 40 es cuatro veces 10 que podemos entender como la
completitud en los cuatro elementos y entre el cielo y la tierra; por ello no
extraña que para las escrituras sagradas del judeo-cristianismo, hayan sido 40
los días del diluvio, 40 los años de peregrinación del pueblo judío en el
desierto, 40 los días de Moisés y de Elías en la montaña, 40 los días que paso
Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública y así muchos más tal
como lo hemos explicado anteriormente.
Desde el
punto de vista de la Kabbalah, hay algo aún más impresionante… y es la llamada Shékinah…
La
palabra Shekinah no aparece en la biblia, pero el concepto si se ve claramente.
Los rabinos judíos se inventaron esta expresión extra bíblica, una forma de una
palabra hebrea que significa literalmente "él hizo habitar", dando a
entender que fue una visitación divina de la presencia o morada del Señor Dios
en esta tierra.
La
Shekinah se evidenció por primera vez cuando los israelitas salieron de Sucot
en su huida de Egipto. Es decir 480 años antes de la construcción del Templo de
Salomón. Allí, el Señor apareció en una columna de nube en el día y una columna
de fuego por la noche: "Y partieron de Sucot y acamparon en
Etam, a la entrada del desierto. Y Jehová iba delante de ellos de día en una
columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego
para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. Nunca se apartó de
delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de
fuego" (Éxodo 13:20-22).
Dios
habló a Moisés desde la columna de nube en Éxodo 33, asegurándole que Su
presencia estaría con los israelitas (v. 9). El versículo 11 dice que Dios
habló a Moisés "cara a cara" fuera de la nube, pero cuando Moisés
pidió ver la gloria de Dios, Dios le dijo, "No podrás ver mi rostro; porque no me
verá hombre, y vivirá" (v. 20). Así que aparentemente, la
manifestación visible de la gloria de Dios era algo silencioso. Cuando Moisés
pidió ver la gloria de Dios, Dios se escondió a Moisés en la hendidura de una
roca, lo cubrió con Su mano, y pasó. Luego retiró Su mano, y Moisés sólo vio Su
espalda. Esto parecería indicar que la gloria de Dios es demasiado
impresionante y poderosa para ser vista completamente por el hombre.
La
manifestación visible de la presencia de Dios no solo la veían los israelitas,
sino también los egipcios: "Aconteció a la vigilia de la mañana,
que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube,
y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y
los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de
Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios" (Éxodo
14:24-25). Sólo la presencia de la gloria Shekinah de Dios, fue suficiente para
convencer a Sus enemigos que Él no era alguien a quien podían resistir.
En el
nuevo testamento, Jesucristo es la morada de la gloria de Dios. Colosenses
2:9 nos dice: "Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad", haciendo que Jesús le exclame a Felipe, "El
que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). En Cristo,
vemos la manifestación visible de Dios mismo en la segunda persona de la
Trinidad. Aunque Su gloria también fue encubierta, Jesús es, sin embargo, la
presencia de Dios en la tierra. Así como la presencia divina moraba en una
carpa relativamente sencilla llamada el "tabernáculo" antes de que
el templo en Jerusalén se construyera, de la misma manera la presencia habitó
en un hombre relativamente sencillo llamado Jesús.
Este es
un período muy importante en el desarrollo de los ciclos de la evolución del
hombre en la tierra junto con la Biblia si vemos que hay dos ciclos de 480 años
entre la colocación de la piedra fundacional del Templo de Salomón y la fecha
de nacimiento de Jesús, y podemos decir que existe una relación directa en el
tiempo y la presencia de Dios en la Tierra según los datos Bíblicos, de 480
años y la santa Shékinah.
Todo lo
anteriormente expuesto en este trazado, es una apología al planeta Venus, y su
importancia en la vida del ser humano en lo que se refiere a su propia
historia, historia llena de símbolos, como el “lucero de la mañana”, “la
estrella flamígera”, “la construcción del Templo de Salomón”, “el mismo éxodo”,
“el diluvio universal”, “el nacimiento de Jesús”, “la presencia de la Shékinah”
y todo parece desapercibido a nuestros ojos, por la falta del entendimiento de
la simbología, no solamente la gráfica, como muchos piensan que es, sino toda
la que está inmersa en textos y líneas que de manera común y corriente leemos,
tratamos de comprender, mas no “sabemos” qué es lo que realmente
quiere decir.
Por
eso, “la
masonería necesita de todos sus adeptos, mientras exista en el mundo, una
verdad qué descubrir” RAT.
Swuami\